También conocido como el Templo de Oro está en la ciudad de Dambulla (Sri Lanka) y ha sido lugar de peregrinaje durante siglos. Nada más llegar un gran Buda dorado preside el lugar, en mi opinión bastante decepcionante con los arreglos “tan modernos” que han anulado la autenticidad del lugar.

Para llegar al Monasterio de la Cueva es necesario subir una colina. Puedes hacerlo todo a pie por una pendiente y muuucho muucho calor o bien, como yo lo hice, una parte en bus y el resto más liviano andando. Para acceder al monasterio tienes que ir descalzo y cubierto. Cuenta que por unas 25 rupias te vigilan el calzado.

El Monasterio en sí está pegado a la pared de la roca y es las paredes de las distintas cuevas a modo de salas dónde están las pinturas y frescos de más de 2000 años. El lugar es impresionante. Adornado además con una maravillosa colección de budas y otras esculturas en muy buen estado, con apenas luz natural y el silencio verás que la subida vale la pena. La cueva más impresionante es la del Templo del Gran Rey con 52 metros de ancho y 23 metros de fondo. Las pinturas que fueron cubriendo las paredes de las cuevas a lo largo de los años son de diferentes estilos y muchas de ellas recubrieron otras anteriores por eso es difícil datar la fecha exacta de su antigüedad.

Las vistas desde los patios del Monasterio son también increibles.

CURIOSIDADES- Los días de Luna Llena, según me explicaron y si yo no entendí mal, son días de suerte y de gran fortuna en la tradición budista y en especial para los novios. Por esa razón son muchas las bodas que se celebran durante esas fechas. A los pies del gran Buda del Golden Temple es fácil encontrar parejas de novios con sus padrinos y sus “pequeñas damas de honor” en el templo para hacer ofrendas previas a la boda.

INFORMACIÓN ADICIONAL- Sri Lanka Tourism