Desde que los Juegos Olimpicos de 1992 abrieron las puertas de Barcelona al mundo, su popularidad ha ido subiendo sin tregua. Si en 1990 fue un millón y medio de turistas los que escogieron la capital catalana para pasar unos días de vacaciones, en 2013 fueron siete millones y medio. Es la quinta ciudad europea más visitada.
De ese grupo de turistas que seleccionó Barcelona, hay un grupo con un perfil mucho más refinado y gustos más exquisitos que va en alza. El Movile World Congress, la Boda de la familia MIttal en el MNAC o La Formula 1 por ejemplo son algunos de los eventos recientes que impulsaron más el interés de este target tan deseado.
Una prueba palpable para los que nos movemos a diario por la ciudad son el cada vez más frecuente desembarque de los cruceristas de lujo, o las tiendas de alta costura como Gucci, Carolina Herrera, Dolce & Gabbana, Cartier, Loewe, Tiffany o la joyería Rabat joyerías en Paseo de Gracia llenas de turistas rusos, chinos, japoneses y adinerados árabes. Queda mucho recorrido hasta ver colas para entrar en la tienda de Louis Vuitton (como vi recientemente en Paris…. increíble !!! pero cierto).
Pero yo creo que Barcelona es una ciudad dónde todo puede tener cabida. Si Paseo de Gracia es el icono del lujo con un poder adquisitivo alto y un elevado nivel de consumo, hay muchos otros barrios dónde el comercio más tradicional debe seguir siendo el motor económico de los vecinos y que indirectamente conserve el “caliu” y el interés por la historia y el encanto de la ciudad condal. Hablo de barrios como Gracia, Raval, Born, Les Corts, Poble Nou o la Barceloneta entre otros.
Creo que lo interesante es seguir diversificando la oferta hotelera de la ciudad con diferentes perfiles de turistas tanto de lujo como de clase media, para familias, mochileros…. (el de borrachera me lo salto) con hoteles de Barcelona como Cadena Hoteles HCC por ejemplo con una alta calidad y servicios, y otras compañías hoteleras que abarquen las singularidades y gustos de otros turistas.
No debería caerse en el vicio de dirigir el proyecto en una burbuja de lujo para unos pocos. La ciudad tiene que ser “para y de todos " incluyendo los vecinos.