Creo que, y si no el paso de los años me dará la razón, la visita de Pinnawala durante mi viaje a Sri Lanka será una de aquellas vivencias que se quedan grabadas y que formarán parte del resumen de imágenes que me recordarán Sri Lanka.
Pinnawala está a mitad de camino más o menos entre Kandy y Colombo ( a unas 2 horas de camino de cada punto más o menos). No era la primera vez que visitaba un orfanato o un campamento de elefantes. Había estado hacía unos años en un campamento de elefantes de Chiang Mai (Tailandia) que no me dejó muy buena impresión sobre las condiciones en que viven esos pobres animales. Lo cierto es que fui a Pinnawela por curiosidad aunque no estaba muy convencida.
La entrada del recinto confirmaba mis sospechas. Me dio pena ver a los animales atados de una pata o ver como una cría era alimentada a biberón por un turista previo pago para inmortalizar el momento en una foto. Tengo mis dudas de si dicho orfanato realmente sacaba provecho de los ingresos de los turistas para cuidar a los animales o si cuidaban a los animales para ganarse la vida con los turistas.
El caso es que salí del recinto y crucé la calle para pasear por una calle “medio asfaltada” llena de tiendas de souvenirs. Me extrañó ver aquellas tiendas allí, en una calle que llevaba a un río. No me dio tiempo a cuestionarlo demasiado. Mientras remenaba entre camisetas oí una sirena a través de unos altavoces. Los clientes de la tienda se acercaron a la calle y sin esperarlo una gran manada de elefantes iba derechos al río. Fue impresionante ver todos aquellos elefantes juntos, tan grandes, pasar delante mio con la mirada fija en el agua.
Increíble ! Todos los animales dentro del agua, remojándose, bañandose e incluso me arriesgaría a que los pequeños jugueteaban con el agua…. Muy bonito.
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