Ayer intentaron robarme.
Estaba sacando dinero de un cajero automático, de esos que hay a pie de calle cuando un chico me dice que se me ha caído un billete de 20 euros mal doblado. Le digo que no es mio pero el chico insiste. Me fijo que él está nervioso y caigo en la cuenta que justo detrás mío, a mano derecha, hay otro joven que gira la cabeza para no cruzar la mirada con la mía. Dos segundos son suficientes para darme cuenta de la situación y pienso… mierda !! ¿y ahora que hago?.
Es en ese mismo instante cuando una señora mayor de unos 75 años, testigo de lo que estaba pasando, saca la valentía de dónde muchos no la tienen y se le ocurre quedarse de pie mirando como si estuviera esperando para sacar dinero. Y supongo que movido por la complicidad, un señor trajeado de unos 50 años hace lo mismo.
Esas dos personas son las que persuadieron a los atracadores, sin gritos, sin peleas, sin armas. En medio de la confusión y temblando del susto entré a la entidad bancaria para avisar a los empleados. No tuve la oportunidad de agradecer el gesto de aquellas personas. Esta es mi manera de dejar testimonio de todo y de darles las gracias. GRACIAS