Quitarse las botas o los zapatos, el cinturón y vaciarte los bolsillos es algo habitual antes de cruzar el detector de metales en los aeropuertos. Los controles de seguridad son cada vez más exhaustivos y pueden causar situaciones grotescas. No hace mucho, viajando con mi hija, tuve que hacer malabarismos para sacarla del cochecito, sacar todos sus “artefactos peligrosos” del mismo (chupete, biberones, pañales, toallitas…), plegarlo con la niña en brazos y ver como analizaban el carro en una máquina que parecía una fotocopiadora. En otra ocasión vi los apuros que pasaba una señora mayor con su dentadura postiza.
Y no soy la única, seguro que tu tienes unas cuentas batallitas más por explicar. Igual que el protagonista de la nueva película de George Clooney “Up in the air”. Aquí tienes un breve trailer más explicativo sobre el tema.
A pesar de estas y otras anécdotas, estoy a favor de las medidas de seguridad que ayuden a evitar que unos cuantos iluminados lleven a cabo su idea de arreglar el mundo con la muerte de otros.
Hoy la actualidad está en torno a la polémica suscitada por el nuevo escaner corporal que quieren implantar en todos los aeropuertos. Ya se veía venir que algo así llegaría un día u otro. Reconozco que esta nueva técnica me va a dar un poco de apuro pero creo que tendré que acostumbrarme porque tarde o temprano la sufriremos. ¿ Y tu que opinas ?