La última etapa de mi mini-escapada por el Sur de Francia me llevó un poquito más lejos… a Conques. Puedo decir que es uno de los pueblecitos justo con Cesky Krumlov (República Checa), más bonitos que yo he visto. Parece sacado de un cuento de Disney, o como si fuera el escenario perfecto de cartón piedra para una película infantil. Es muy muy bonito, además cuando yo fui este noviembre, coincidiendo con su temporada baja estaba vacio. No había nadie, apenas algún vecino trabajando… incluso los comercios cerrados. Pero no te engañes porque con la señalización de los parkings se puede intuir que en verano debe ser un hormiguero de turistas.
Desde Albi son unas 2 horas por carretera hacia el norte, pero me desvié un poquito para visitar Cordes du Cel.
Es un pueblecito con mucho encanto también ubicado en lo alto de una colina. Sus calles son todas en pendiente y empedradas, pero la subida vale la pena. Pero para mi lo mejor son las vistas del pueblo desde uno de los miradores indicados a las afueras de Cordes. Si tienes la suerte de que el buen tiempo te sonría, te quedarás embobada sentada en el banco de madera disfrutando del paraje mientras haces un picnic.
Siguiendo el camino puedes acercarte a Rodez … pero se me hizo de noche y no pude verla bien , así que no sé decirte si vale o no la pena. En Rodez un café y rumbo al hotel de Cordes. Está fue otra de la grandes sorpresas del viaje.
Me alojé en el** Hotel Solomiac** en Grand Vabre (muy cerquita de Conques). Este pequeño hotel de pocas habitaciones lo regenta un matrimonio alemán muy auténticos y amables. El establecimiento tiene mucho encanto, con muebles antiguos, camas de madera con cabezales obalados… no hay televisión en las habitaciones, lavabos a compartir, pasillos de moqueta… pero todo muy cuidado, muy limpio y con mucho gusto. El desayuno es muy completo , con mermeladas caseras, croissants, surtido de quesos, …. no te lo acabas.
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